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Viva Cristo Rey

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lunes, 20 de febrero de 2012

Recordando al Glorioso Batallón de San Patricio

Una historia poco enseñada en la historia oficial de nuestra Patria es la del batallón irlandés que peleó del lado mexicano en la guerra con los Estados Unidos de 1846 a 1848.

por Michael Hogan

Vinieron a México y murieron, unos con gloria en el combate y otros de forma ignominiosa en el patíbulo. Unidos bajo una bandera de color verde, participaron en las principales batallas de la guerra y fueron distinguidos por el General Antonio López de Santa Ana, el comandante en jefe y entonces presidente, por su valentía. En la penúltima batalla de esa guerra, los irlandeses lucharon hasta que se les acabó el parque y aún así, derribaron la bandera blanca que sus compañeros de armas mexicanos habían levantado, prefiriemdo luchar con las bayonetas hasta por fin ser aplastados por los yanquis. A pesar de su valerosa resistencia, los 85 del Batallón de San Patricio fueron capturados y sentenciados a inhumanas torturas y a muerte a manos de los americanos, resultando en lo que aun hoy en día se considera el "ahorcamiento más desmesurado de toda la América del Norte"

Comienza la guerra
En la primavera de 1846, los Estados Unidos estaban listos para invadir México, su vecino del sur. La razón aparente era cobrar deudas vencidas y reparaciones de guerra. El verdadero objetivo era ganar para los Estados Unidos el control de los puertos de San Francisco y San Diego, la ruta de comercio a través del territorio de Nuevo México y los ricos recursos minerales del territorio de Nevada -- todos los cuales en esa época pertenecían a la República de México. Los Estados Unidos habían ofrecido previamente 5 millones de dólares para comprar el Territorio de Nuevo México y 25 millones de dólares por California, pero México lo había rehusado.

El presidente de los Estados Unidos, James K. Polk, le había ordenado al General Zachary Taylor que ocupara un punto al sur del Río Nueces con una fuerza de 4,000 hombres. Para enero de 1846, el general había construido un fuerte en lo que era territorio mexicano, o al menos estaba en disputa, en la ribera norte del Río Grande, en un esfuerzo para poner presión a los mexicanos para que accedieran a un arreglo. El Historiador Bernardo Devoto observa: "La intención de Polk estaba clara. Esto era un despliegue de fuerza con la intención de dar a los mexicanos un sentido de la realidad para resolver varios asuntos que tenía intención de plantear, entre ellos la compra de California."

El 26 de abril de 1846, una tropa de caballería del ejército mexicano cruzó el Río Grande, aguas arriba del ejército de Taylor. Una patrulla enviada por Taylor para interceptarlo fue atacada y, en la escaramuza, once americanos fueron muertos y cinco fueron heridos. Cuando Polk recibió noticias del ataque, entregó su mensaje de guerra, declarando que, ya que los mexicanos "habían derramado sangre americana en territorio americano", había surgido un estado de guerra entre los Estados Unidos y México.

Antes de la declaración de guerra hecha por los Estados Unidos, un grupo de irlandeses católicos, encabezados por un hábil artillero de nombre John Riley desertó de las fuerzas americanas para unirse a los mexicanos. Riley era un experto en artillería, nacido en Clifden, en el Condado de Galway en Irlanda, y se creía por muchos que anteriormente había servido como oficial, o como no combatiente, en el ejército Británico en el Canadá antes de enrolarse en el ejército americano.

El cargo de Riley en el ejército mexicano era convertir a esta nueva unidad en un brazo experto de artillería de la defensa mexicana. Se le da crédito por haber cambiado el nombre del grupo de Legión de Extranjeros a Batallón de San Patricio y diseñar su estandarte.

En un año, el tamaño de la tropa de los hombres de Riley había crecido, nutriéndose de extranjeros católicos residentes en la ciudad de México, y de otros católicos irlandeses y alemanes que habían desertado del ejército americano después de haber estallado la guerra, y se había convertido ya en el Batallón de San Patricio, o Los San Patricios.

Los San Patricios lucharon bajo un estandarte de seda verde con el Escudo de Armas mexicano como blasón, una imagen de San Patricio y las palabras "Erin Go Braugh". El batallón estaba formado por artilleros y se le observaba en posiciones clave en cada batalla principal. Su ayuda era crítica, porque los mexicanos tenían cañones de pobre alcance, unos 400 metros menos que lo que alcanzaban los cañones americanos. Además, los artilleros mexicanos tenían poca experiencia y estaban mal adiestrados. La adición de artilleros veteranos al lado mexicano llegó a resultar en que por lo menos dos batallas importantes se pelearon sin que ninguno resultara ganador.

En la Batalla de Buena Vista, por ejemplo, los San Patricios mantenían una posición elevada y encañonaron a los americanos. En cierto punto, aun llegaron a quitarles un cañón a los americanos, llevando a los consejeros del General Taylor a pensar que la batalla estaba perdida. Varios irlandeses fueron distinguidos con la Cruz de Honor por el Gobierno Mexicano por su valor en esa batalla, y muchos fueron ascendidos.

En la batalla de Churubusco, atrincherados en un monasterio católico y rodeados de una fuerza superior de caballería, artillería e infantería, los San Patricios resistieron tres ataques importantes e infligieron fuertes pérdidas en los yanquis. Sucedió, sin embargo, que una bomba cayó en su almacén de pólvora y su parque de municiones estalló, y los irlandeses después de una gallarda contraofensiva con bayonetas, fueron aplastados por la mera superioridad en número de los americanos. Fueron juzgados por una corte marcial y luego azotados, marcados y colgados de una manera tan brutal que aun se recuerda en México hoy en día.

En casi todas las crónicas mexicanas de la guerra, los San Patricios se consideran héroes que lucharon por los ideales nobles de la religión y de una causa justa en contra de la invasión protestante de una nación pacífica. En las historias norteamaericanas, sin embargo, con frecuencia se les pinta como tránsfugas, traidores y descontentos que se pasaron al lado contrario por tierra o dinero.
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Extractado de
y traducido por Roberto Hope

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